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Aprendiendo de lo vivido

A veces creemos que no sabemos nada, que debemos estudiar mucho para especializarnos. Pero olvidamos que nuestras vivencias son el mejor aprendizaje.

Somos lo que hacemos repetidamente. La excelencia, entonces, no es un acto, es un hábito.
Aristóteles

Este artículo debería empezar como una frase célebre de las Chicas de Oro: “Sicilia 1995…”
Acababa de terminar la carrera, recién llegada de nuevo a Madrid después de 5 años en Cuenca y dispuesta a comerme el mundo.

Conseguí un trabajo de televenta. Cualquiera que me conozca un poco sabe que no podría haber encontrado nada menos afín a mi. Siempre he odiado hablar por teléfono. No lo soporto.

El trabajo consistía en llamar por teléfono a un listado de números que te daban e intentar venderles una enciclopedia. Así, de salida, sin calentamiento ni nada. Y por supuesto sin nada de formación.

El tiempo de cada llamada estaba medido, no podías estar media hora con la persona de turno intimando un poco para crear un entorno de confianza propicio. Tenías que hablar de las bondades de la enciclopedia y conseguir que en esa misma llamada te diera sus datos bancarios.

Si desde el principio la persona no estaba para nada interesada podías ofrecerle otra serie de colecciones más acordes con sus gustos, cocina, grandes pintores… Todos por supuesto carísimos y con facilidades de pago.

Las llamadas eran grabadas y analizadas por los responsables para ver cómo hacías el trabajo y detectar si había alguna posibilidad de venta que tú no hubieras aprovechado.

A las dos semanas me echaron. Duré mucho más de lo que yo imaginaba.

Esta experiencia me enseñó muchas cosas.

Aprendizaje:

✅ Busca trabajos que sean afines a ti, o al menos que no te cueste la vida realizarlos.
✅ Soy buena detectando las necesidades de las personas.
✅ Todo necesita su tiempo, hasta las ventas. Las prisas no son buenas nunca.
⛔️ No soy capaz de realizar ventas en frío.
⛔️ No puedo forzar a nadie a que compre algo de lo que no esté convencido.
✅ Debo mejorar el proceso de cierre de venta. Sé que debe existir pero a día de hoy no encuentro el equilibrio.

Por supuesto mi entorno se encargó de dejarme bien claro que no sabía vender y que no podía dedicarme a esto nunca. Imagina la cara que se les quedó cuando decidí que volvería a vender.

Pero lo cierto es que mi situación no se parece en nada a lo que viví en ese trabajo. Ahora tengo otros objetivos y mi proceso de venta es de otra forma.

Puntos clave:

❤️ Me gusta ayudar a las personas y baso en eso todo mi trabajo.
❤️ Lo más importante ahora es mi cliente. Su necesidades son fundamentales para mí.
❤️ La relación con ellas es estrecha y está basada en la confianza. Nunca trabajaré con nadie a la que no pueda aportar algo.
⛔️ Si lo que tengo no es para ti no te convenceré de lo contrario. No quiero clientes insatisfechos a mi lado.
❤️ Necesito que la experiencia sea buena, tanto para ellas como para mí.
❤️ En un proceso de venta las dos partes ganamos y la ganancia siempre debe estar equilibrada.

Me he formado mucho y sigo haciéndolo para conseguir hacer un trabajo de calidad. El haber probado algo que no funcionaba es uno de los mejores aprendizajes que se pueda tener.

¿Tu vendes o pones contra la pared a tu cliente?

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